¿No sabes quién tiene preferencia en este estrechamiento?

¿No sabes quién tiene preferencia en este estrechamiento?

Nuestros vehículos comparten el espacio de las vías, siendo el carril el elemento que regula de forma primaria nuestra circulación. Sin embargo, no son pocos los casos en los que la vía se estrecha y el número de carriles se reduce. Son casos que a menudo generan confusión sobre quién tiene preferencia, pero siguiendo algunas reglas básicas, la convivencia está garantizada.

Reducción a un solo carril para ambos sentidos de la circulación

Preferencia en estrechamiento

Es una situación muy común en lugares monumentales o ciudades históricas. Pasando por debajo de un arco o atravesando un puente histórico, podemos encontrarnos que la calzada que lo atraviesa se estrecha, dejando espacio únicamente para el paso de un sólo vehículo. En este punto, los carriles de uno y otro sentido se juntan en un solo carril para ambos sentidos. Dicho estrechamiento estará generalmente señalizados con las señales R5 y R6, que marcarán el orden de preferencia de un sentido sobre el otro. En todo caso, si tenemos preferencia pero encontramos a otro vehículo que ya está cruzando el estrechamiento, deberemos cederle el paso.

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Sin embargo, si por el motivo que fuera el estrechamiento no está señalizado y no se marcase orden de preferencia, deberemos aplicar la regla anterior: ceder el paso al vehículo que haya entrado primero, retrocediendo la marcha si fuera necesario. Pero con una excepción: si existiese dificultad de maniobra para circular marcha atrás, la preferencia se marcaría según maniobrabilidad del vehículo, tal como dice el artículo 62.

 

Reducción a un carril menos tras un cruce

Preferencia en estrechamiento

También es una situación frecuente en ciudades que -debido a un urbanismo poco planificado- edificios, construcciones o aceras se disponen de forma irregular. De esta forma, pasando de una manzana a otra, podemos encontrarnos con que la calzada cuenta con menos espacio entre edificios y debe estrecharse en su ancho. En estos casos, se puede dar la circunstancia de reducirse el número de carriles para un mismo sentido de la vía (de tres a dos o de dos a uno, por ejemplo).

En esta circunstancia, puede generarse el conflicto de que dos vehículos que circulan de forma paralela ven que sus carriles se  funden en uno solo tras un cruce. En esta situación, y de acuerdo a lo que nos cuenta la DGTtendrá preferencia el vehículo que circula en el carril derecho, debiendo cederle el paso el vehículo que circula por el izquierdo.

 

Inhabilitación de carril por accidente u obra

Preferencia en estrechamiento

También podemos encontrar estrechamientos de la vía porque alguno de los carriles se inhabiliten por accidente, averías u obras. Al igual que ocurre cuando se produce un final de carril en una autovía, la capacidad de tráfico de la vía se reduce y son frecuentes los atascos y las retenciones en ese punto. En este tipo de situaciones, la DGT recomienda la técnica denominada “intercambio por cremallera”, en el que cada vehículo del carril libre ceda el paso a otro del carril bloqueado.

En muchas ocasiones, si el carril bloqueado se queda vacío antes del estrechamiento, algunos vehículos aprovechen para avanzar más rápido apurando el carril. Esta maniobra, aunque resulte muy molesta para algunos conductores que los tildan de “listillos”, está muy aceptada en muchos países e incluso es obligatoria en algunos otros. La norma común dicta que se deben aprovechar al máximo los carriles mientras estén libres, utilizándose el “intercambio por cremallera” al llegar al punto de conflicto para garantizar la mayor fluidez posible en ambos carriles.

 

Estrechamiento por fin de carril de incorporación o aceleración

Preferencia en estrechamiento

En este tipo de carriles es común que coincidan vehículos circulando en paralelo junto con otros de la vía principal. En este caso, ya sabemos que tendrá preferencia el que circula por la vía principal, aunque deberá facilitarle al otro su incorporación en la medida de lo posible. En todo caso, si el vehículo no puede hacerlo con seguridad, deberá esperar e incluso pararse si el carril de aceleración se termina.

Sin embargo, si por circunstancias del tráfico se produce una retención, es muy probable que los carriles de la vía principal se encuentren ocupados y las incorporaciones no puedan realizarse debidamente. En este caso, la recomendación de la DGT también es la de aplicar el “intercambio por cremallera”, debiendo los vehículos de la vía principal ceder el paso a los vehículos que se incorporan de uno en uno.

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