Con la llegada del verano los desplazamientos por autopista y carreteras secundarias se multiplican. A este aumento del tráfico se unen otros riesgos que puedes encontrar en los viajes en coche durante las vacaciones: somnolencia, exceso de equipaje, acompañantes que distraen, carreteras desconocidas….

Este año la Dirección General de Tráfico (DGT) ha previsto 89 millones de desplazamientos durante los meses de julio y agosto. Son cuatro millones más que el año, cifras que ya nos sitúan en niveles de 2008, cuando empezó la crisis. Concretamente se estiman 43,5 millones de viajes en julio y 45,5 millones en agosto. Ya no es como hace unos años que nos cogíamos vacaciones las cuatro semanas seguidas, ahora cada vez se fragmentan más los días de descanso por lo que la intensidad de tráfico se mantiene todo el verano, especialmente los fines de semana.

El año 2016 finalizaba con 1.160 fallecidos, 29 más que en 2015. También la cifra de heridos hospitalizados aumentó hasta los 5.067, 209 más, en un total de 1.038 accidentes mortales en vías interurbanas frente a los 1.023 de 2015. En lo que llevamos de año los datos no son alentadores: a fecha del 13 de julio ya eran 604 los fallecidos, un 3% más.

El nuevo director general de Tráfico, Gregorio Serrano, ha empezado su mandato con el objetivo de reducir estas cifras poniendo en marcha un nuevo plan de seguridad vial  y una agresiva campaña de divulgación con testimonios reales de víctimas que podemos ver estos días en los medios de comunicación. Todo esfuerzo es poco para mejorar la seguridad en las carreteras.

Dispositivo de tráfico y campañas intensivas en verano

Como todos los años en estas fechas también se prepara un dispositivo especial de tráfico para tratar de garantizar la fluidez y la seguridad, aunque de momento no es suficiente para evitar los atascos y los accidentes.  Las vacaciones cada vez están más fragmentadas, pero esto no evita que haya unos días determinados con mayor tráfico. Pasada la primera operación de verano -del 30 de junio al 2 de julio-, la DGT tiene prevista otra operación a principios de agosto –del 28 de julio al 1 de agosto-, la operación especial 15 de agosto –del 11 al 15-, la operación retorno del verano –del 31 de agosto al 3 de septiembre- y dispositivos especiales todos los fines de semana.

Como refuerzo se van a poner en marcha campañas intensivas. La primera se ha focalizado en los motoristas como uno de los colectivos más vulnerables –8 y 9 de julio-, la siguiente se va a poner en marcha del 17 al 23 de julio y se va a centrar en el estado de los vehículos que circulan por carretera, durante el puente de agosto se van a intensificar los controles del alcoholemia y droga y, por último, el 21 de agosto aumentará la vigilancia sobre el cumplimiento de los límites de velocidad tantos en autopistas como en vías convencionales.

El tráfico en verano presenta unas características diferentes al resto del año.

Un reciente estudio de la Fundación Mapfre concluye que aumentar la vigilancia en carretera un 10% reduciría los accidentes de tráfico en más del 5%, siendo los controles de velocidad por radar los más efectivos. De hecho dice que si la vigilancia aumentara a los niveles de 2005-2015 en los próximos 5 años se evitarían 596 fallecidos.

Lo recomendable es tratar de hacer el viaje los días que no coincidan con estos períodos de mayor afluencia, en cualquier caso, conviene estar precavido, conocer los riesgos con los que nos podemos encontrar en las carreteras durante las vacaciones de verano y saber cómo evitarlos.

El tráfico en verano presenta unas características específicas que no se suelen dar en otras épocas del año. ¿Cuáles son los riesgos de los viajes en coche en verano?

Monotonía de los viajes por autopistas

Las autovías y autopistas son las carreteras más cómodas y seguras porque cuentan con dos o más carriles por cada sentido de la circulación y porque tienen elementos de protección que minimizan las lesiones en caso de accidentes. Largas rectas que, con frecuencia, en viajes largos provocan una conducción monótona, aburrida… y esto conlleva que dejemos de prestar atención y sintamos fatiga y somnolencia. Es lo que se conoce como la ‘hipnosis de la autopista’. Hace unos días la Fundación Línea Directa publicaba un estudio en el que alerta que el 55% de los conductores reconocen no parar nunca cuando sienten somnolencia al volante. Gran error.

Para evitar la monotonía, modifica la velocidad de forma periódica, siempre cumpliendo las normas de circulación y sin molestar al resto de usuarios, y realiza paradas frecuentes para estirar las piernas y refrescarte. Por lo general la DGT recomienda descansar cada dos horas de conducción. También es importante mantener una buena temperatura dentro del habitáculo, entre 21 y 23 grados centígrados.

Deslumbramiento en la salida y apuesta de sol

En verano las horas de sol son especialmente fuertes e intensas y esto conlleva un riesgo en la conducción, sobre todo con los deslumbramientos durante el amanecer y el atardecer. El alto índice de luminosidad en estas horas aumenta la fatiga visual o cegueras. Según la Asociación Española de Formadores en Seguridad Vial (Formaster), el deslumbramiento provoca el 5 por ciento de los accidentes de tráfico, sobre todo colisiones frontales en carreteras de doble sentido o colisiones por detrás en autopistas y autovías. ¿Cómo evitarlo?

Planifica el viaje de manera que evites el sol de frente, si no es posible, la mejor solución es utilizar gafas de sol polarizadas –mejor si los cristales son azulados-. Asegúrate antes de poner en marcha el motor que el cristal del parabrisas delantero está limpio porque la suciedad aumenta el riesgo de deslumbramiento y reduce nuestro campo de visión. Además, si te encuentras con el sol de frente no frenes con brusquedad, el modo adecuado de actuar es manteniendo o reduciendo con suavidad la velocidad. Si la conducción es realmente incómoda, no lo dudes y para unos minutos hasta que el sol se haya desplazado.

Coches con exceso de equipaje

Muchas familias más que de vacaciones parece que ‘se van a la Conchinchina’. Maletas, bultos, bolsas y más bolsas… El resultado es que un coche sobrecargado de equipaje. Un reciente estudio del RACE y Goodyear alertaba que un 20% de los conductores viaja con exceso de equipaje con el consiguiente riesgo de pérdida de control del vehículo.

Con un coche pesado el conductor debe adaptar la conducción teniendo en cuenta que éste pesa más, lo que conlleva una pérdida de potencia y una mayor distancia de frenado. Además, si se lleva un cofre en el techo, el centro de gravedad se eleva y el vehículo se vuelve más inestable.

Como recomendación: coloca los bultos más pesados en la zona más adelantada y las maletas más grandes y rígidas en el fondo; utiliza redes para sujetar la carga y evitar que se desplace; no coloques objetos sueltos en la bandeja trasera ni dentro del habitáculo ya que, en caso de colisión, se convertirán en auténticos proyectiles; y si los asientos traseros están sin ocupantes, abrocha los cinturones porque evitará que la carga del maletero pase al habitáculo en caso de accidente.

Distracciones provocadas por dispositivos tecnológicos

Los vehículos cada vez vienen más cargados de tecnologías. En principio su objetivo es reducir el error humano y ayudarnos para una conducción más segura pero a veces se convierten en un foco de riesgo, especialmente con las tecnologías de entretenimiento. Que si el navegador, que si el teléfono móvil, que si la música… No es extraño ver a conductores manipulando estos dispositivos mientras conducen con el consiguiente riesgos de distracciones

Si viajas solo déjalo todo preparado antes de iniciar la marcha y si necesitas realizar algún cambio aprovecha el momento de la parada. Si viajas acompañado, deja que sean los acompañantes los que se encarguen de su manipulación. Y nunca utilices el teléfono móvil si estás conduciendo.